Luego de limpiar la ciudad

Luego de limpiar la ciudad
Tras la impredecible lluvia santiaguina

lunes, 11 de octubre de 2010

Renovación

Que patético volver a la ciudad, luego de tranquilos días de renovador aire limpio, las tardes y las noches quietas hechas para su contemplación, tantas cosas por las cuales nunca nos detenemos. Son necesarios los bosques, las montañas y los contrafuertes cordilleranos, la noche estrellada y las olas del viento, los campos cubiertos de flores silvestres o de un eterno color verde, los trazos de los meteoros en los cielos nocturnos hechos especialmente para reflejar en la realidad aquello por lo que aún vale la pena luchar. Un escenario perfecto para encontrarse con uno mismo, nuestras metas y proyecciones, nuestros sueños aquellos que comparmimos con los que sin tener la intención, nos conocen de cerca.
Por estos momentos vale la pena vivir. 
Compartir un fogón mientras las ideas etéreas fluyen de boca en boca.
Por eso es que soy scout. Asumir el riesgo que supone compartir los mismos ideales y regirte por las mismas leyes con personas que son infinitamente distintas a ti pero que se mueven en la misma frecuencia. Saber qué es lo que quieres para tu vida y darte cuenta que es eso exactamente lo que nos propone la ley scout, hacer todo lo posible por lograr un mundo mejor, construir el camino en el que las siguientes generaciones plasmarán sus pasos. Lo mejor es darse cuenta que los proyectos personales que tengo calzan perfectamente con el ideal que me propone scout, y que además la unidad en la que estoy está enfocada al servicio, más allá de que lo realicemos sábado a sábado o no... vivimos con eso día a día, yo por lo menos intento hacerlo y a veces lo necesito. 
Agradezco haber conocido este movimiento, sobre todo en el grupo que estoy, son realmente especiales, una calidad humana única... es verdad que me han dado los mejores momentos, y sin duda me han ensañado cómo es que realmente vive un scout.
Al volver a la ciudad a recrear la vida del hogar y las obligaciones estudiantiles, estoy renovada a pesar el cansancio.., fue un muy buen campamento junto a los que amo. 
Es de esperar que a través de nuestro espíritu limpio, puro, transparente y cristalino, se refleje la fuerza de la montaña con sus picachos nevados, la transparencia de las noches estrelladas, la paz y el sosiego del viento acariciando nuestras caras; Fuerza con la que debemos afrontar el futuro e intentar ser siempre mejores.

1 comentario:

  1. Esto que has escrito es precioso, yo también volví de pasar unos días fuera hace poco. Incluso duele verdad? Menos mal que todo lo de fuera siempre estará ahí, que siempre hay un lugar al que escaparse..

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