Luego de limpiar la ciudad

Luego de limpiar la ciudad
Tras la impredecible lluvia santiaguina

lunes, 17 de enero de 2011

Que triste se mira la casa sin ti...

Es hora de realizar la dolorosa y difícil pero necesaria reseña de lo que fue tu vida en la mía, es una forma de agradecerte a la distancia. Fuiste sin duda el mejor obsequio cumpleañero recibido en los cumpleaños que llevo. No sabes cómo se me parte el alma de escuchar los maullidos quejumbrosos que no escuchaba desde que llegaste tímida y escurridiza, te escondiste instantáneamente bajo mi repisa blanca, fue ahí cuando empecé a conocerte, con tus mañas, tus distintos sonidos al maullar, con tus gustos y cada una de las actitudes que solo los dueños de los animales pueden notar.
Te extraño en mi habitación con la tranquilidad de ojalá haber hecho todo lo posible, mientras tu te vas de a poco en la cocina, son tantos recuerdos, me diste 12 de tus 18 años de pura felicidad. Pasé tantos cambios contigo a mi lado, a los pies de la cama, de cabecera, ronroneando siempre cerquita de mi... no importaba la situación, ni lo triste, enojada o frustrada que pudiera estar, tu siempre estuviste ahí y bajo tu disfraz peludo me entregaste una mirada de consuelo única. Aparte de los momentos de juegos y retos que bien ganados te tuviste!, los cambios de casa, los cambios de vida, etc... todo lo que le puede pasar a alguien de los 6 hasta los 18 años. A estas alturas no queda más que decirte gracias por salvarme tantas veces de innumerables maneras.

Solo espero encontrarte algún día en alguna loca dimensión y que podamos volver a jugar de nuevo como tanto te gustaba, mientras te recordaré como la mascota más querida, la que más me ayudó y la que estuvo conmigo durante toda mi infancia y adolescencia, la que me esperó y cumplió conmigo en todos los aspectos posible.
Te amo Blanquita, gracias por llegar a mi vida... descansa.