Luego de limpiar la ciudad

Luego de limpiar la ciudad
Tras la impredecible lluvia santiaguina

viernes, 13 de agosto de 2010

El Banco

Hoy no fui a clases, me las pasé entre trámites, broncas y edificios..
Debía ir a buscar mi carnet, sacar la licencia de conducir y recuperar mi tarjeta de estudiante... pero volví sin carnet, sin licencia y sin tarjeta; Culpa de la memoria por olvidar llevar todos los papeles, y de la terrible desinformación de las instituciones que no especifican cuales son los papeles requeridos. De vuelta del registro civil recordé que debía hacer un deposito.

Fue unos de esos días en los que no sientes tristeza, sin embargo, el agua leve, tenue, tranquila llega hasta los ojos, gracias a la conmoción que supone el golpe de asimilar el curso del vivir.

Entraba por la puerta equivocada y me formé en la fila mientras sueño con ir a Madrid, tarareo una improvisada "no reconozco".. y de inmediato me mira el sujeto que se encuentra delante mio, no le sirvió de nada ser guapo, ya que su expresión sorprendida me desilusiona ¿es que acaso la gente ya no canta?;
"que pase el que sigue" y entre tanto un sujeto mayor le ofrece su lugar a una mujer con surcos en los ojos que apenan la dejan ver, unas muletas a modo de reemplazo de sus frágiles piernas y una pequeña joroba sobre la que debe cargar unos 90 años de historia... la solidaridad y la empatía se está yendo con los mayores.. pienso un poco en ello y prosigo mi espera, entonces presto atención a lo que pasa en la caja, aquel sujeto de bolso cuero marrón está por terminar su transacción y entonces será mi turno. "Hola qué tal?..." no recibo respuesta, nunca la recibo.. pero no pierdo las esperanzas, ya que de vez en cuanto algún micrero, cajero, funcionario de cualquier tipo se distrae de su trabajo y tuerce una sonrisa, "necesito depositar tres mil quinientos a este nº de cuenta" y no recibo más respuesta que una mano estirada hacia mi aguardando a que le entregue el dinero, y entonces "buenas tardes, que tenga un buen día"... no alcanzo a decir "gracias, igualmente".. cuando ya llega el siguiente cliente a ocupar mi lugar.

Saco el número de atención al cliente "89..." miro el tablero, aún queda mucho, espero a que una ejecutiva llame a mi número  mientras sonrie a otras personas en el mesón. Me gusta contemplar a las demás personas, saber como cada una de ellas tiene sus propias caidas, una historia, risas, llantos y desolaciones... cosas que nunca llegaré a saber de ellos y que ellos tampoco sabrán de mi. De pronto interrumpiendo mi visión aparece una señora, lleva un rosario en la mano izquierda, se pasea con un extraño caminar, encogida y murmurando algo, va con un sombrero que cuelga una flor al mas puro estilo Mary Poppins, no parece de esta era, quizás por eso la gente la miró tanto, sin embargo, en mi causó un tremendo sentimiento de ternura al ver como buscaba respuestas donde no se las podrían dar... en un banco.
Al otro lado se encuentra un matrimonio, él quizás gerente de una empresa.. hombre de negocios, ella ejecutiva de algún banco, presidenta de alguna comisión ... luce sus tacos y los hace sonar mientras camina impaciente de un lado a otro. Hablan por teléfono, no entre ellos claro.. eso sería mucho contacto, no, él cierra un importante negocio y ella genera una intensa conversacion con una amiga acerca de las andanzas de su hija, y así aguardan "juntos" su turno.
En el otro extremo, a la izquierda, un amable ejecutivo cierra un trato con un padre de familia, salen de la oficina unas cinco personas celebrando, llamando por teléfono y comunicando con un tono que refleja la humildad de sus prendas y de su andar que aprobaron el crédito universitario que habían solicitado... sí, su hijo podría estudiar.
Mientras tanto aparece una doctora, más símil a Janis Joplin con delantal blanco que a cualquier otra cosa, gracias a ella es que me fijo en una chica, unos 2 años mayor que yo quizás, que se encuentra detrás del poste en el que me apoyo.. "cuánto crees que falte?".. "no lo sé" me responde, con un dejo de angustia.. y continúa "ojalá que poco, están por cerrar", "sí, una lastima que cierren tan temprano..." y casi no me atrevo a preguntar pero.. "a qué vienes?" "vengo a pedir mi clave de transferencias por internet, necesito hacerle depositos a mi mamá en el norte, y es más práctico por internet"... "enserio? vengo a lo mismo"
y entonces desde el mismo extremo izquierdo del cual salió la familia hace poco, aparece el amable ejecutivo y dice "89", no sé que cara habré puesto, pero ante esto se sonrió y dijo "sí, yo también estoy atendiendo servicios al cliente", le hago un gesto a la chica y entro a la oficina, "hola, vengo a buscar mi clave de internet y la de transferencias en internet", "ok-responde- me pasa su carnet?", se lo entrego y mientras tanto diviso entre la pared y la puerta a un padre con su hijo, debe tener unos 5 años el pequeño y se anda entreteniendo con los basureros del banco, accidentalmente bota uno mientras el padre dice "el fue..." y provoca la risa mezclada con verguenza de su pequeño... sonrio.
"su firma aún no está registrada",... su voz me volvió a la realidad... "cómo? la registré hace unas 3 semanas, antes la cuenta estaba a nombre de mi padre, pero ahora es independiente", sin entender mucho, el ejecutivo (casado por cierto) hace una llamada.. "hola flaquita, mira estoy con una cliente y el computador me arroja que su firma no está registrada, ... si F1, ok, ... F2.... aah ahí sí, soy espectacular jajaja, ya flaquita, gracias"
se rie, se vuelve hacia mi y me dice "todo en orden.. voy a buscar tu clave" aparece al rato con dos cartolas, cada una con una clave y me aconseja que las cambie durante el mismo día por temas de seguridad... "ok, muchas gracias, adios" salgo y ya no queda casi nadie de la gente que aguardaba conmigo, solo una pequeña con su madre que me recuerda a mi hace algunos años. En la entrada el guardia detiene a un trabajador de la construcción que entra (en su hora de colacción seguramente) con su ropa a mal traer, pintada y con el clásico aroma a alcohol y cigarrillo impregnado en la piel...
Pienso en como acabo de terminar con la misión deshumanizante y me encuentro con ese espectaculo cuando se me viene a la mente la frase "detenido por sospecha claro.." salgo del banco y enciendo un cigarro mientras vuelve a mi mente la canción.. prosigo, pensando que quizás el humo se ha de llevar mis plegarias hasta ti.

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